'Haz de mí un instrumento de tu paz'

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Por Obispo José García

“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” -Lucas 2:14

¡Qué escena tan asombrosa! Estoy seguro de que hemos visto más de una imagen que representa a los ángeles compartiendo este mensaje con los pastores. Un mensaje que los profetas habían anunciado sobre un Príncipe de Paz cuyo reino sería “en juicio y en justicia desde ahora y para siempre”. No es de extrañar que los pastores regresaron a sus rebaños glorificando y alabando a Dios. ¿No puedo evitar especular cuál sería su conversación antes de esta experiencia celestial? El mundo de su tiempo estaba en crisis, la nación estaba bajo la opresiva “Pax Romana” que gobernaba con intimidación y violencia cruel. Probablemente recordaron las profecías sobre el Mesías que vendría, pero quizás el abrumador clima político y social de su tiempo los había hecho perder la esperanza. Sin embargo, el encuentro de los ángeles con los pastores es claramente una afirmación de que las profecías de Dios, aunque parezcan retrasarse, seguramente se cumplirán.

Hoy en día la situación global presente es muy preocupante. Según el Índice de Paz Global de 2018, el mundo fue menos pacífico en 2018 que en cualquier otro momento de la última década. La violencia en todas sus formas se deja ver a través de imágenes diarias del sufrimiento humano. Los titulares son principalmente sobre eventos que estremecen la paz personal de muchos, haciéndolos sentir ansiosos, inquietos y sin esperanza debido a las guerras, el hambre, desplazamiento de personas, desastres naturales, disparidad de riqueza, abuso de poder, injusticia, etc.

Pero la segura palabra profética de Dios asegura que Jesús, el Príncipe de la Paz, pondrá fin a las guerras, la violencia y la injusticia. Producirá una vida armoniosa de toda la creación al final de los tiempos. Sin embargo, el mensaje de paz de Jesús no se trata solo de una expectativa esperanzadora para el futuro. Estamos llamados a compartir un evangelio de paz (Efesios 6:15) que aboga por una plenitud personal y colectiva, integridad, satisfacción, bienestar, salud, prosperidad, armonía y realización, en otras palabras, el Shalom de Dios.

El mensaje y el testimonio vivo de Jesús nos alienta a ser agentes de transformación social listos para proclamar las buenas nuevas que brindan una paz que “sobrepasa todo entendimiento” (Fil 4, 7). Por lo tanto, durante esta temporada de Adviento, seamos mensajeros y propugnadores del Shalom de Dios entre aquellos que luchan contra el hambre, la pobreza y la injusticia. Este mensaje de paz nos mueve a orar como San Francisco de Asís:

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Donde hay odio, déjame sembrar amor; Donde haya dolor, perdón; Donde hay duda, fe; Donde hay desesperación, esperanza; Donde hay oscuridad, luz; Y donde hay tristeza, felicidad. Divino maestro; Concede que no busque tanto ser consolado como consolar; ser entendido como entender; ser amado como amar; Pues es al dar que recibimos; es al perdonar que somos perdonados; y es al morir que nacemos para la vida eterna. Amén.

Obispo José García es asesor principal de oración y compromiso evangélico en Pan para el Mundo.

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