Honduras: la Inmigración y el hambre

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A child gets his arm circumference measured as part of Save the Children's growth monitoring program to check for malnourishment in Chiquimula, Guatemala.Todd Post/Bread for the World Institute.

Por Jordan Teague

En todo el mundo, la cantidad de personas que migran está en su punto más alto. Las personas que migran incluyen a los refugiados forzados desde sus países de origen debido a la violencia, la guerra civil o un desastre natural; personas desplazadas de sus hogares dentro de sus propios países; y personas que abandonan sus hogares para escapar de la pobreza o buscar mejores oportunidades en otros lugares. Durante siglos, las personas han migrado dentro de sus propios países o hacia otros para buscar mejores vidas para ellos y sus familias.

Pero la cantidad de personas que se ven forzados a huir de sus hogares está aumentando. No es que muchos migrantes sean “atraídos” a lugares como Estados Unidos, sino más bien son “expulsados” de sus países de origen por factores que escapan su control.

Honduras es un ejemplo. Los hondureños enfrentan pobreza generalizada, hambre, desnutrición y violencia. Casi el 63 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza nacional. Casi uno de cada cuatro niños tiene retraso en el crecimiento o desnutrición crónica. Y la tasa de asesinatos en Honduras es una de las más altas del mundo.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) publicó recientemente un informe que presenta evidencia del vínculo específico entre la emigración de Honduras y los otros países del Triángulo Norte (El Salvador y Guatemala) y la incapacidad de las familias para poner comida en la mesa. Las altas tasas de desempleo y los bajos salarios son particularmente comunes en el Corredor Seco, la región más vulnerable de los tres países. En el corredor seco de Honduras, el 68 por ciento de la población está desempleada. Hay varias razones para esto, entre ellas el cambio climático, la sequía y la destrucción generalizada de los cultivos por la enfermedad roya de café. La roya del café ha diezmado el sector agrícola, destruyendo los medios de subsistencia y aumentando la inseguridad alimentaria. El PMA descubrió que más de la mitad de los hogares entrevistados en su informe gastan más de dos tercios de sus ingresos mensuales en alimentos. Y la razón principal enumerada para la emigración era “sin comida”.

El informe también mostró que la emigración está vinculada a la seguridad alimentaria de los miembros de la familia que se quedan en Centroamérica. Los migrantes que no logran cruzar las fronteras y encontrar trabajo una vez que llegan a su destino solo aumentan su nivel de endeudamiento y el de sus familias. Pero aquellos que consiguen trabajos pueden enviar dinero a sus familias. Estos fondos, conocidos como “remesas”, hacen una gran diferencia en la vida de las familias en el país de origen. Solo en 2015, las remesas a Honduras desde Estados Unidos totalizaron más de $3.7 mil millones, lo que representa entre 17 y 18 por ciento del producto interno bruto o PIB de Honduras. El PMA informa que el principal uso de las remesas en Honduras es la compra de alimentos, y luego para pagar la educación básica y medicamentos. Por lo tanto, las remesas son fundamentales para la seguridad alimentaria de las familias que permanecen en Honduras.

Aproximadamente el 80 por ciento de los hondureños que viven fuera de su país viven en Estados Unidos. Casi 60,000 migrantes están legalmente viviendo en Estados Unidos bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS). El Congreso promulgó la legislación que estableció el TPS para proteger a los extranjeros de ser repatriados a su país de origen si cumplen dos condiciones: su país no era seguro para regresar mientras estaban en Estados Unidos, y regresar los pondría en riesgo de enfermedad, violencia o muerte.

Los hondureños se hicieron elegibles por primera vez para el TPS en 1999 después de que el Huracán Mitch devastara la región. Se ha extendido desde entonces debido a desastres naturales posteriores. El TPS para Honduras expirará el 5 de enero de 2018, a menos que el Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos tome la decisión de extenderlo antes del 6 de noviembre de 2017.

Dadas las condiciones en Honduras –hambre, desnutrición, inseguridad alimentaria y sequía, además de otros factores como la desigualdad económica y la violencia de pandillas– poner fin al TPS para Honduras pondría a 60,000 hondureños actualmente en Estados Unidos en alto riesgo de aumento del hambre así como pobreza y violencia. También aumentaría el hambre entre sus familias en Honduras que actualmente dependen de las remesas para pagar alimentos, educación y medicamentos.

Una parte importante de la reforma migratoria integral en Estados Unidos sería extender el TPS para Honduras, y mismo tiempo proporcionar asistencia para el desarrollo, lo cual permitiría que el país aborde las causas fundamentales de la emigración: hambre, pobreza y desnutrición.

Jordan Teague es analista de política internacional en el Instituto de Pan para el Mundo.

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