Estados Unidos es una nación de inmigrantes. A lo largo de su historia, ha venido gente de todo el mundo, y han contribuido a sus comunidades y a la vida nacional. Hoy en día, tal como en el pasado, los inmigrantes también están enriqueciendo y generando prosperidad en este país.
A pesar de sus aportaciones, los inmigrantes enfrentan discriminación y barreras a la oportunidad, lo cual aumenta su probabilidad de enfrentar hambre y pobreza. Muchos inmi-grantes, especialmente provenientes de México, Centroamérica, y partes de África y el Sureste de Asia, huyen de la pobreza o la violencia en sus países. A pesar de querer contribuir a esta nación, estando aquí, se ven aislados por la pobreza, dominio limitado del inglés, y la discriminación por raza, etnia, estatus migratorio, y/o género.
Las personas que aquí viven y trabajan sin documentos se encuentran entre las más vulnerables en nuestro país. Tienen más probabilidades de vivir en la pobreza y de batallar para obtener alimentos. La tasa nacional de pobreza es de 14.8 por ciento, pero entre los inmigrantes, esta cifra sube al 30 por ciento. Es probable que la tasa de pobreza para familias indocumentadas sea aún más alta. Además, los inmigrantes indocumentados tienen casi doble la probabilidad que la población en general de experimentar inseguridad alimentaria (ver gráfica).
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