¿Qué causa el hambre?

Resumen

Existen muchos factores que contribuyen al hambre, por lo que simplemente proporcionar más alimentos no es una solución a largo plazo. Para resolver el problema del hambre, debemos comprender los sistemas, los factores ambientales y los factores sociales que limitan el acceso de las personas a alimentos nutritivos.

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Pobreza

La pobreza es la principal causa del hambre en todo el mundo, tanto en los países más ricos como en aquellos con ingresos bajos y medios. La mayoría de las personas que padecen hambre viven en condiciones de pobreza extrema, definida como un ingreso de $2.15 dólares al día o menos. Aproximadamente 700 millones de personas en todo el mundo viven en condiciones de pobreza extrema, entre ellas unos 333 millones de niños.

El grupo más numeroso de personas que enfrentan la pobreza extrema a nivel mundial está compuesto por los pequeños agricultores de los países en desarrollo. Estos no disponen de tierras donde cultivar suficientes alimentos para abastecerse durante todo el año, y los ingresos que obtienen por lo que venden son tan pocos que se les hace imposible comprar alimentos de otras fuentes una vez que se agota su propio suministro.

Cambio climático

El cambio climático es el mayor desafío medioambiental al que se ha enfrentado el mundo. El mismo está impactando adversamente la seguridad alimentaria e hídrica de manera significativa. Ejemplo de esto lo son las sequías e inundaciones. Si los países son incapaces de trabajar unidos con el propósito de encontrar y aplicar soluciones, la erradicación del hambre durante el transcurso de nuestras vidas será un objetivo inalcanzable.

Los cambios en los patrones climáticos y los desastres naturales destruyen los cultivos, limitan lo que se puede producir en determinadas zonas y reducen el acceso a las tierras de pastoreo para los animales. El cambio climático también está reduciendo los suministros de agua.

Desde 2010, alrededor de 21.5 millones de personas han sido desplazadas anualmente como resultado de desastres relacionados con el clima. Los expertos prevén que para 2050 el número total de personas desplazadas podría alcanzar los 1,200 millones.

Ya no tendrán hambre ni sed.

Apocalipsis 7:16

El período previo a la cosecha es conocido como la ‘temporada de hambre'.

Temporada de hambre

A pesar de que en el mundo hay suficiente alimento, los países en desarrollo suelen sufrir escasez como resultado de conflictos, crisis económicas y desastres naturales tales como terremotos, inundaciones o sequías. Esto puede interrumpir el acceso a los alimentos, y los más afectados son los pequeños agricultores que dependen de sus propios excedentes para sobrevivir entre cosechas.

Durante el período previo a la cosecha conocido como la “temporada de hambre”, los alimentos de la cosecha previa se agotan por lo cual las familias reducen sus comidas. Este período puede durar meses, dependiendo del tamaño de la cosecha anterior.

Pan ve el potencial de una alta rentabilidad en proporcionar a los pequeños agricultores recursos y herramientas para mejorar sus métodos de cultivo. Las familias de agricultores que pueden cultivar no solamente una mayor cantidad de alimentos sino, también, alimentos más nutritivos tienen excedentes para vender a otros, lo que les proporciona ingresos que pueden utilizar para pagar una mejor vivienda mejor atención médica y gastos escolares.

En Estados Unidos, las familias con ingresos muy bajos también sufren escasez de alimentos. Debido a ello, se quedan sin dinero a final de mes, por lo cual a menudo tienen que saltarse comidas hasta que reciben su siguiente nómina.

¿Sabía que…?


Los pequeños agricultores pueden perder hasta la mitad de su cosecha debido a que no disponen de instalaciones de almacenamiento adecuadas para proteger sus suministros contra las plagas y las inclemencias del tiempo.

El período previo a la cosecha es conocido como la ‘temporada de hambre'.

Guerras y conflictos

El hambre es tanto causa como efecto de la guerra y los conflictos. La pobreza y el hambre a gran escala provocan frustración y resentimiento hacia los gobiernos, que parecen ignorar la difícil situación de las personas que padecen hambre.

Los miembros más pobres de la sociedad son los que más sufren durante las guerras y los conflictos. Hogares son destruidos y comunidades enteras son desplazadas. Cuando la paz llega, a menudo es frágil. En muchas ocasiones, las infraestructuras físicas necesarias para la reconstrucción han sido dañadas e incluso hasta pueden haber quedado destruidas.

Unstable Markets

Las personas que viven con $2.15 dólares diarios gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos. En algunos países, como Pakistán y Malaui, las personas que componen el grupo de aquellos con ingresos más bajos gastan más del 75 % de sus ingresos en alimentos. Cualquier fluctuación que haga subir los precios de los alimentos crea dificultades adicionales, especialmente en el caso de los cereales básicos como el trigo, el arroz y el maíz, que constituyen la mayor parte de las calorías que consumen las personas que padecen hambre en los países en desarrollo.

Infraestructuras deficientes

Las infraestructuras deficientes provocan hambre al dificultar, y en ocasiones imposibilitar, el transporte de alimentos a las zonas del país donde hay escasez. Debido al mal estado de las carreteras, ha habido personas que han muerto de hambre en una región de un país mientras que en otra región del mismo país había alimentos en abundancia.

Además, la falta de infraestructuras hídricas para los cultivos y el saneamiento son causas importantes del hambre y la malnutrición. Las mujeres y las niñas de los países en desarrollo pueden pasar horas cada día buscando agua, lo que les aleja de otras actividades productivas como la escuela o el trabajo.

Calidad nutricional

Todas las personas que pasan hambre están desnutridas. Esto se debe a que no ingieren suficientes proteínas ni nutrientes, por lo que pierden peso y, en casos graves, sus cuerpos comienzan a debilitarse.

Los bebés y los niños pequeños (especialmente durante el periodo de 1,000 días entre el embarazo y los 2 años de edad) son los más vulnerables a los efectos nocivos de la desnutrición. Esta forma de desnutrición ha atrofiado a 1 de cada 4 niños en los países en desarrollo. Estos niños sufrirán los efectos de esta falta de alimentos de por vida, desde la aparición temprana de enfermedades crónicas hasta dificultades de aprendizaje en la escuela y un menor potencial de ingresos en la edad adulta.

Inestabilidad laboral

En Estados Unidos y otros países de altos ingresos, el hambre se debe principalmente a la pobreza que resulta de la falta de empleo o de empleos con salarios demasiado bajos.

  • Las tasas de hambre aumentan cuando la economía nacional o local está en recesión.
  • Las personas que han estado en prisión se enfrentan a una discriminación generalizada que les dificulta encontrar trabajo una vez se reincorporan a la comunidad.
  • Los padres solteros pueden verse imposibilitados para aceptar un empleo o trabajar suficientes horas debido a la falta de opciones para el cuidado de los niños.

En la mayoría de los países, la evidencia demuestra que el hambre y la pobreza afectan de manera desproporcionada a las mujeres, las comunidades de color y las comunidades rurales.

Desigualdad racial y de género

El crecimiento económico por sí solo no garantiza que la prosperidad se distribuya de manera generalizada. La discriminación se encuentra entretejida en la estructura social de todos los países, independientemente de su riqueza. Los grupos desfavorecidos tienden a ser los más rezagados. En la mayoría de los países, la evidencia demuestra que el hambre y la pobreza afectan de manera desproporcionada a las mujeres, las comunidades de color y las comunidades rurales.

De todos los grupos, el compuesto por las mujeres y las niñas se encuentra en una situación más desfavorecida que el de sus homólogos masculinos. La discriminación es la razón por la que las agricultoras de los países en desarrollo trabajan con menos recursos productivos que sus contrapartes masculinos. Es por esa razón, que las mujeres de todos los sectores de la economía ganan menos que los hombres y por la que las niñas son retiradas de la escuela para trabajar o casarse.

La discriminación de género es a menudo una causa del hambre persistente. El 60 % de las personas que padecen hambre en el mundo son mujeres y niñas. El empoderamiento de las mujeres y las niñas es esencial para erradicar el hambre, la pobreza extrema y la malnutrición no solo en los Estados Unidos sino en todo el mundo. Estudios demuestran que proveerle un mayor control sobre sus ingresos y activos a las mujeres redunda en mejoras generalizadas del país en el cual habitan.

Una manera rentable de combatir la malnutrición mundial es invertir en mejorar la vida de las mujeres agricultoras. Las mujeres producen más de la mitad del suministro mundial de alimentos. Estudios demuestran que ellas son más propensas a utilizar sus ingresos adicionales en alimentos cuando sus circunstancias económicas mejoran.

En la mayoría de los países, la evidencia demuestra que el hambre y la pobreza afectan de manera desproporcionada a las mujeres, las comunidades de color y las comunidades rurales.