Las elecciones nos mantienen en la lucha

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Por Dulce Gamboa

El papa Francisco nos llama a salir de nuestra zona de confort y luchar por la justicia. El hambre y la pobreza son algunos de los grandes temas de la justicia. Este año electoral ofrece la oportunidad para que nos educamos, otros votantes y los candidatos a cargos públicos sobre el hambre y la pobreza.

Este año, la lucha por la justicia es también personal. Recientemente cubrí todos los requisitos para solicitar la ciudadanía estadounidense. Después de un montón de papeleo, $680 en cuotas, un examen de educación cívica, y una entrevista para revisar mi carácter moral, esta semana tomaré el juramento de lealtad para convertirme en ciudadana estadounidense. Este paso es importante en mi vida por muchas razones, pero una de las más importantes es que podré votar. Hay mucho en juego en esta elección presidencial, especialmente en torno a los temas que me importan. Y, definitivamente, no quiero ver este ciclo electoral desde los márgenes. De hecho, tengo 11 millones de razones para no hacerlo.

Votar por primera vez para presidente de Estados Unidos será una gran responsabilidad. Como persona de fe, próxima ciudadana, y votante preocupada por terminar el “hambre”, tengo la responsabilidad moral de ayudar a elegir candidatos locales y federales comprometidos a terminar el hambre en Estados Unidos y el extranjero. Para terminar el hambre es necesario aprobar una reforma migratoria integral, poner fin a la encarcelación masiva, y fijar políticas económicas que den prioridad a los más vulnerables en nuestra sociedad. Creo firmemente que la resolución de estos problemas debe ser una prioridad en la agenda para el próximo presidente y Congreso.

El papa Francisco llama a todos los católicos a participar en la vida pública. Dice que el voto es uno de los vehículos más importantes para involucrarnos en la vida pública. Este año es nuestra oportunidad para elegir líderes comprometidos a terminar el hambre, con la reforma migratoria, y campeones de la justicia social. Hay tres principios de la doctrina social católica que pueden ayudar a los católicos y otros cristianos a evaluar plataformas políticas, y cuestiones que afectan a la dignidad humana y perpetúan las injusticias:

  • El principio de subsidiariedad nos dice que las instituciones públicas deben proteger adecuadamente la dignidad humana, satisfacer las necesidades humanas, y promover el bien común.
  • Como una familia humana, independientemente de nuestra nacionalidad, origen racial o étnico, o las diferencias económicas, el principio de solidaridad nos llama a ser guardianes de nuestros hermanos y hermanas, dondequiera que vivan al lado o en otro continente. Amar al prójimo requiere erradicar el racismo y la pobreza en nuestro mundo.
  • La opción preferencial por los pobres y los más vulnerables entre nosotros nos pide analizar críticamente las repercusiones de las propuestas de los candidatos para las personas que sufren de discriminación, opresión e injusticias en nuestro país y más allá.

Alcanzar un mundo sin hambre y pobreza requiere un compromiso político en el que todos jugamos un papel relevante. A la luz de estos principios, es imprescindible ejercer nuestro derecho sagrado de votar. Elevemos juntos el tema del hambre y la pobreza en estas elecciones y salgamos a votar.

Dulce Gamboa es asociada de relaciones con latinos en Pan para el Mundo, y es originaria de México.

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