“Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ‘¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!’ Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ‘¿Quién es este?’ Y la gente decía: ‘Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea’. – Mateo 21:8-11
“Mas yo en ti confío, oh, Jehová. Digo: ‘Tú eres mi Dios’. En tu mano están mis tiempos. Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo. Sálvame por tu misericordia. – Salmos 31:14-16
Hemos pasado tiempo con Jesús en la naturaleza este tiempo de Cuaresma. A medida que la Semana Santa se aproxima, nos preparamos para seguir a Jesús mientras camina por Jerusalén y escucha los cánticos y las aclamaciones. Para seguir a Jesús hasta la mesa de Pascuas. Hasta el Jardín de Getsemaní. Y hasta la cruz. Seguimos a Jesús cuando se enfrenta a sus enemigos y perseguidores.
Morimos con Cristo en la cruz, confiando que del otro lado del sufrimiento hay libertad y nueva vida.
Oremos.
Dios de Amor,
Seguimos a Jesús
por Jerusalén,
en medio de gritos de alabanza,
hasta una íntima mesa de Pascuas,
hasta el silencioso Jardín de Getsemaní,
hasta la prueba y la traición,
y, finalmente, hasta la cruz.
Permítenos morir con Cristo
para poder encontrar libertad
y nueva vida.
Te lo pedimos en nombre de Jesús,
Amén