Ama a tu prójimo: '¿Quién es mi prójimo?'

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Nota del editor: Mientras nuestro país enfrenta un momento de gran división, el blog de Pan para el Mundo comienza una serie que nos recuerda el mandamiento de Dios de “amar a tu prójimo como a ti mismo”. Los artículos serán escritos por miembros del departamento de relaciones con iglesias en Pan para el Mundo.

Por el obispo José García

Al igual que el intérprete de la ley descrita en el Evangelio de Lucas, hoy muchos preguntan: “¿Quién es mi prójimo?” al enfrentarse a decisiones sobre caridad y abogacía. Algunos dicen que sus vecinos son los que viven cerca de ellos; otros sostienen que nuestros vecinos son aquellos que comparten una cultura común, etnia, posición socioeconómica, identidad nacional o religiosa. Cualquiera de estas definiciones se puede emplear para justificar la falta de acción o atención al dolor, el sufrimiento y la opresión de los demás.

Tal actitud no es diferente de la de Caín cuando Dios le pidió que diera cuenta de su hermano (Génesis 4:19). La respuesta sarcástica de Caín demuestra una indiferencia similar a aquellos que no asumen la responsabilidad por el bienestar de todos los hijos de Dios. Esto contrasta claramente con el mandamiento de Jesús de “Amar a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).

El mandamiento de Jesús es contra-cultural. Va en contra del mensaje que se promueve más fuertemente en nuestro mundo. Estamos constantemente bombardeados con la noción de que la satisfacción se obtiene a través del materialismo; que el propósito de la vida es disfrutar del paseo; que mi enfoque debe estar en mí mismo, primero y ante todo. Sin embargo, el amor, la gracia y la misericordia de Dios, presentados a través de las Sagradas Escrituras, contradicen claramente esta perspectiva. La visión de Dios sobre nuestro prójimo abarca no sólo a los que están cerca de nosotros, sino a todos los individuos de la comunidad global. Amar al prójimo como a nosotros mismos significa esforzarnos por buscar su bienestar cuando se trata de oportunidades y acceso a la educación, el empleo, la vivienda, la salud, la nutrición y la justicia.

¿Quién es mi vecino? Mi vecino es cada uno de los 46 millones de individuos que luchan contra el hambre y la pobreza en nuestra nación y los más de 700 millones en todo el mundo. Mi vecino enfrenta hambre en Sudán del Sur, Nigeria, Yemen y Somalia. Mi vecino está compuesto por los más de 20 millones de refugiados que escapan de la guerra y los inmigrantes que escapan de la opresión, la violencia de pandillas, los gobiernos corruptos y la desesperación económica. Mis vecinos son los más de 700,000 soñadores cuyos padres los trajeron a este país en busca de mejores oportunidades. Son hombres y mujeres encarcelados sin acceso programas y servicios que pueden sacarlos del hambre y la pobreza y pueden evitar que caigan en la reincidencia después de ser liberados.

El presupuesto del Presidente Trump para el año 2018 propone recortes graves y dañinos a los programas que son críticos para las personas que luchan contra el hambre y la pobreza en Estados Unidos y en el mundo. El 21 de mayo pasado, miles de líderes religiosos comenzaron a ayunar y orar. Ellos pidieron ayuda a Dios en sus esfuerzos de abogacía en favor de nuestros vecinos que están luchando contra el hambre y la pobreza. Te invito a unirte a la campaña “En Estos Tiempos: Un llamado a la oración, ayuno y defensa”. Estamos orando para que el Congreso rechace los recortes presupuestarios a programas contra el hambre que han levantado millones de niños, mujeres, hombres y familias del hambre y pobreza en nuestra nación y en todo el mundo.

El obispo José García es un obispo de la Iglesia de Dios de la Profecía y Asesor Ejecutivo de la Estrategia de Oración e Iniciativas Estratégicas de Pan para el Mundo.

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