Por medio del proceso presupuestario, el Congreso puede tomar decisiones de financiación que nos ponen en el camino hacia el fin del hambre y la pobreza. Sin importar cuál partido controla el Congreso o la Casa Blanca, nuestros líderes electos deben formular, aprobar y administrar el presupuesto de nuestro país. Es por medio del presupuesto federal que nuestro gobierno invierte en muchos programas contra el hambre y la pobreza que ayudan a las personas a evitar la pobreza y a prosperar.
Un presupuesto es más que un documento financiero — es a la vez un documento moral. Es una declaración de las prioridades y los valores de nuestra nación. Nuestro presupuesto federal se debe medir por cómo trata a los más vulnerables entre nosotros.
Al establecer un presupuesto, los legisladores en el Congreso pueden cambiar las políticas, los programas y las condiciones que permiten que persistan el hambre y la pobreza. Con solo un plumazo al aprobar un presupuesto federal, se crean políticas que pueden reorientar millones de dólares y afectar a millones de vidas.