Acerca del Hambre

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Erradicar el hambre es posible.

La prueba es el increíble progreso que el mundo ha alcanzado en las últimas dos generaciones. En 1960, una de cada tres personas padecía de hambre. Hoy en día, el hambre crónica afecta a 1 de cada 8 ó 9 personas – unos 805 millones de personas en todo el mundo.

Eso sigue siendo un problema enorme. Imagínese que todas las personas en los Estados Unidos y la Unión Europea no tuvieran lo suficiente para comer.

El hambre causa un inmenso sufrimiento y en ocasiones la muerte. Miles de niños mueren a diario, año tras año. Aquellos que sobreviven la desnutrición infantil temprana enfrentan problemas de aprendizaje y salud por el resto de sus vidas.

Aquí en Estados Unidos, los niños rara vez mueren de hambre. Sin embargo, 1 de cada 5 niños no tiene aseguradas tres comidas al día. Sus familias a menudo se quedan sin dinero para comprar comida. Muchos niños que “parecen sanos” no reciben nutrientes suficientes. Su salud y su capacidad de aprender en la escuela se deterioran.

Dentro de la comunidad Latina,  el hambre sigue siendo realidad para muchos. Más de uno de cada cuatro niños Latinos viven en hogares donde tres platos de comida al día no están garantizados.

Adultos –trabajadores y padres– no pueden ser productivos sin suficientes alimentos nutritivos. Los países donde muchas personas padecen hambre, tienen las economías más débiles. Además, mientras la gente sufre hambre, el mundo es menos seguro y más inestable política y económicamente.

Pero cuando la gente tiene acceso a oportunidades y las herramientas adecuadas, pueden crear el cambio. Pueden hacerlo sin importar donde vivan.

El hambre y la pobreza en América Latina siguen siendo una realidad para muchos. Los pequeños agricultores enfrentan condiciones difíciles como inundaciones, sequías o terremotos. Sin embargo, los países de América Latina y el Caribe han alcanzado un progreso significativo en la lucha contra el hambre y la desnutrición, pues el número de personas que sufren de hambre se redujo en 16 millones de personas, sólo en la década pasada. Todavía queda mucho por hacer.

Pan y otras organizaciones aliadas, urgen a las personas que toman las decisiones en nuestro país a no tolerar el hambre. El gobierno de Estados Unidos puede hacer toda la diferencia. Por ejemplo, en Brasil el programa nacional de “hambre cero” ha tenido resultados impresionantes en tan sólo los últimos 10 años. 

“Ya no tendran hambre ni sed…”

Apocalipsis 7:16

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